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martes, 1 de diciembre de 2020

Apreciado conductor, hoy hablaré de Usted



Las 09.16 y el autobús acude a su cita puntual. 
Hoy creo que va a ser un día normal, mi muleta, que desde hace casi tres años se ha convertido en parte de mi, me acompaña. 
Subo al bus pero sorprendentemente no arranca. Me extraño mientras sigo avanzando y me siento. Comienza el viaje. 
Parada siguiente y una señora de avanzada edad sube. Asombrada veo como paciente, el conductor del autobús espera a que la señora tome su asiento. 
Señor conductor, hoy hablaré de Usted, para agradecerle el trabajo bien hecho, la amabilidad que escondía tras su mascarilla y el cuidado que nos ha prestado. 
Uno puede hacer bien su trabajo, pero hay quien además da lo mejor de si. 
Apreciado conductor del 49B, si yo tuviera una empresa, no dudaría en contar con Usted. 
Desde mi humilde rincón, hoy le escribo, pero por si alguien le conoce o quién sabe, por algún motivo me llegara a leer, le doy mis más sinceras Gracias. 
Hoy, no sólo me ha llevado a mi destino, hoy me ha hecho ver la importancia de los pequeños grandes gestos, así, con humildad, profesionalidad y sin pretensión. 
Hoy me esbozó una sonrisa y me recordó que estas cosas son lo que somos e hizo de mi uno de diciembre, un avance de mi Navidad. 

domingo, 29 de noviembre de 2020

Un lugar donde volver

Todos deberíamos tener un lugar donde volver. Un lugar donde encontrarte con tus sueños, donde se formaron tus esperanzas, un lugar donde volver a ver con nueva perspectiva tus errores y porque no tus miedos. 
Un lugar donde atesorar todo lo que no tiene precio, donde apoyar tu cabeza y sentirte protegido, donde por un instante uno se pudiera sentir hijo, tal vez el que nunca fue. 
Un lugar donde uno pudiera sanar y reinventarse, tal vez aceptar y aceptarse, donde pudiera ver qué pasó y porqué sucedió o porqué nunca ha sucedido. 
Un lugar para el perdón, para aprender a esbozar de nuevo una sonrisa, donde las alas se desentumezcan. 
A veces, no existe ése lugar físico donde volver y el mundo se tambalea, pero siempre habrá un lugar para el recuerdo, un olor, un rincón donde cerrar los ojos para en ocasiones abrirlos definitivamente. 
A veces, cuando ése lugar ya no existe, lo hallas en tu interior, ahí donde como una madeja encuentras la punta para ir estirando y llegar al fondo de tu propia historia y tu propio corazón. 
Cuando ése lugar te encuentra, estoy segura que te atrapa para siempre y empiezas a sanar y entonces eres tú quien le encuentra  a él. 
Tal vez sea el frío o la Navidad, o ésas películas "pastelonas" que me encanta ver con sofá y manta los domingos por la tarde oyendo crepitar el fuego... 
Hoy he vuelto a un lugar llamado recuerdo, y allí he encontrado todos los que te quiero dejar a ti. 
Hoy he vuelto y allí he hundido mis dedos entrelazados con los tuyos en ése lugar de donde no sales indemne, un lugar para el recuerdo donde al menos tu puedas volver. 

Pilar Díez Lancina

lunes, 11 de mayo de 2020

El rincón literario

Buenas  noches. 
 Hace ya mucho tiempo que mi blog permanecía inactivo.  La vida y las circunstancias nos van marcando un camino que a veces nunca hubiéramos imaginado recorrer. 
No se, ahora mismo, qué rumbo marcará nuestro reencuentro,  pero sí os prometo, que en este tiempo de necesidad de abrazos y caricias,  en estos momentos en que en muchos corazones deja mella la soledad y la incertidumbre,  aquí,  en este blog que siempre ha sido vuestra casa,   encontraremos un espacio para compartir y acompañarnos, un lugar, que desearía que nos ayudara en el propósito que siempre tuvo, darle un lugar a  la salud y el bienestar. 
Os mando un abrazo a vuestra alma y... volvemos a estar en marcha!!!