La Música, idioma universal y caricia del alma. Nos acerca, nos da armonía, confianza y respeto. Como todo arte no tiene color a pesar de sus colores, tiene todos los dioses y como don nos acerca a "Él". Nos evoca a otros tiempos y lugares y tiene el poder de modificar nuestro estado de ánimo más que cualquier fármaco.
Nos ayuda a entender y a ser comprendidos, nos hace crecer y ser.
Hoy, una mención especial a los Musicoterapeutas, quienes como nos afirma la Asociación Internacional de Musicoterapia, "facilitan y promueven la comunicación, aprendizaje, movilización, expresión organización y otros objetivos terapéuticos relevantes a fin de asistir a las necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas.
Por todo ello GRACIAS a todos los que de un modo u otro, trabajáis para que cada día podamos "bailar" al son que nos toca.
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